domingo, febrero 11, 2007

Perico

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Una oda al perico. No con el que se arreglan las narices algunos, sino el méndigo perico que me despertaba todas las mañanas con sus gritos. Estaba adoptado por mi padre bajo el argumento de que podía hablar. Claro, si hablar se refiere a emitir unos sonidos agudos que superan los 90 decíbeles. Eso si, sabía emitir una tonada mentamadres sui generis, hasta los vecinos chismosos de 5 cuadras de lejanía se sentían aludidos. Era su única virtud.
El perico sucumbió bajo una dosis de Datura Inoxia. Es todavía un misterio ¿cómo logró el primer suicidio documentado en un ave? y es igual de misterioso el ¿por qué lo hizo? Los estudiosos de la filosofía sufí argumentaron ante este hecho; que el perico fue solicitado por Alá a través de Mahoma a regir una pequeña parcela del paraíso.
Todavía se escucha en el campo la tonada aguda, siempre en dirección a la Meca.

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