jueves, febrero 15, 2007

PAPAS


En verdad Jaime tiene apetito. Pocas veces se le cae la baba como ahora, hasta le mojó el zapato. Los bueno que son zapatos de plástico y se les resbala la saliva como betún al sol. A que Jaimito, con esos ojos que se le salen cuando ve las papas frítas del carro de Don Simón. Papas frítas con harto aceite, sal y chile, servidas en una bolsa mugrosa.
Si se queda con la boca así de abierta, se le va a salir el cerebro. Le puede pasar como al Flautas, un tipo rudo pero tonto como andobas. Una vez, le entró el capricho de dos tamales de mole, sin pensarlo (cosa común), se avalanzó sobre el carro repleto de tamales con tanta fuerza que lo volcó y la tapa le rebotó en la mera maceta, quedó más tonto.
Total, que después de media hora de ver las papas llegó Doña Pancha, la tía abuela del Jaime y se lo llevó a cintarazos para su casa, sólo volteaba a verlas una y otra vez, con nostalgia en sus ojos de becerro. Lo más gracioso es que no me pidió las mías, que las tiré de pena.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sólo de leer cómo se le quedaba viendo a las papas se me antojo, porfa dile a Don Simón que me guarde una bolsita a la salida de la escuela.