jueves, agosto 23, 2007

Golem

Sin sentirlo, sin saber que suceso extraño pasó. El día se transformo en noche, la bruma comenzó por envolverlo todo. El sueño inundo las aguas, todos callados y somnolientos fueron lentamente de regreso a sus hogares.
Con esa lentitud las calles quedaron desiertas, pequeñas ráfagas de aire hacían remolinos con las hojas caídas. El frío llenaba todo, las esquinas, las escaleras, las cornisas. Nadie se atrevía a salir, algo rondaba el aire, su zumbido agudo recorría las plazas y se estrellaba contra la iglesia. Enfrente, el barrío judío se veía más oscuro y siniestro. En la Sinagoga había una luz de vela, tal vez, la única en toda la ciudad. Dentro, el Rabino Meyrink daba el último retoque a su Golem. Pusó EMET en la frente del humanoide de arcilla y éste cobró vida. Sus oscuros ojos, velados por la penumbra comenzaron a moverse con vida. La sonrisa del Rabino fue espontanéa. Su creación vivía y cada vez más cobraba una fuerza sobrehumana, no hablaba, pero entendía y movía sus miembros con fácilidad.
A mitad de la noche, cuando la luz dejó de alumbrar los muros de la Sinagoga, el Golem comprendió todo y en un acceso de furia mató a su creador, lo ahorcó hasta que el hálito de vida se le escapo, el cuerpo cayó sin vida y el Golem se vistió de Rabino.
Desde entonces vive en la Sinagoga y las noches frías y oscuras sale a cobrar su cuota de sangre.

jueves, agosto 16, 2007

coyuntura


La eterna coyuntura se abrío de repente, creía que la certeza era mi amiga y entonces me dio la espalda. Me quedé esperando una respuesta que nunca llegó, la incertidumbre se apoderó de esté cuerpo que ahora vive a expensas de la duda y la sinrazón.
Es la misma incertidumbre que escribe, respira y baila. No más certeza, ella murió al amanecer, sólo lo incierto le espera a todos desde ahora, desde el presente.

miércoles, agosto 15, 2007

Cúpula


Cayó de pronto, subitamente sentí un rayo que penetraba mis entrañas. Después, todo era luz. Una enorme entrada llena de claridad, ninguna forma se veía sólo el resplandor me esperaba al final del camino.
Un túnel amplio donde esa misma luz de la entraba iba invadiendo todo, se convertía en el aire y al respirar se metía en mis pulmones y exhalaba un humo luminoso, como el vaho en invierno. Al traspasar el último umbral un ruido me detuvo. Una voz llamaba entre murmullos que se iban acercando mientras yo me alejaba del umbral y la luz se regresaba al túnel de donde venía, hasta que todo quedo convertido en oscuridad. Al fin abrí los ojos y noté que una lámpara alumbraba mi cuarto. Mi hermano me hablaba, quería jugar al balón.

martes, agosto 14, 2007

Retorno


No pensaba escribir más en el blog, un razonamiento basura me dijo que no había un claro porqué escribir aquí, en un espacio ilimitado de información. Aún así, volvío a seducirme la idea de escribir y lo haré. Como ejercicio, como critica a mi mismo o como una serie de comentarios. No hay un motivo real para hacerlo, pero tampoco para no hacerlo.
A veces le faltan a uno fuerzas, si les pas igual hay les va una mano.