jueves, agosto 23, 2007

Golem

Sin sentirlo, sin saber que suceso extraño pasó. El día se transformo en noche, la bruma comenzó por envolverlo todo. El sueño inundo las aguas, todos callados y somnolientos fueron lentamente de regreso a sus hogares.
Con esa lentitud las calles quedaron desiertas, pequeñas ráfagas de aire hacían remolinos con las hojas caídas. El frío llenaba todo, las esquinas, las escaleras, las cornisas. Nadie se atrevía a salir, algo rondaba el aire, su zumbido agudo recorría las plazas y se estrellaba contra la iglesia. Enfrente, el barrío judío se veía más oscuro y siniestro. En la Sinagoga había una luz de vela, tal vez, la única en toda la ciudad. Dentro, el Rabino Meyrink daba el último retoque a su Golem. Pusó EMET en la frente del humanoide de arcilla y éste cobró vida. Sus oscuros ojos, velados por la penumbra comenzaron a moverse con vida. La sonrisa del Rabino fue espontanéa. Su creación vivía y cada vez más cobraba una fuerza sobrehumana, no hablaba, pero entendía y movía sus miembros con fácilidad.
A mitad de la noche, cuando la luz dejó de alumbrar los muros de la Sinagoga, el Golem comprendió todo y en un acceso de furia mató a su creador, lo ahorcó hasta que el hálito de vida se le escapo, el cuerpo cayó sin vida y el Golem se vistió de Rabino.
Desde entonces vive en la Sinagoga y las noches frías y oscuras sale a cobrar su cuota de sangre.

2 comentarios:

Yaya "Numeralia" dijo...

Hasta frio y miedito me dio!

Zabioloco dijo...

ESO ES EN HARLEEM, por esa publicación busqué y busqué un lugar llamado Golem.
Llegué a Volendam y a Gouda, Golem es solo de Borges----