sábado, enero 27, 2007

El memo


Salí del bar con varias copas encima, algo de Ron y Tequila. Dicen que no es bueno mezclar, pero me sigue gustando hacerlo. Al toparme con el aire de la madrugada me sacudió un escalofrío por la espalda. Típico del frío, hizo reavivar el fuego del tequila. Caminaba por la acera esquivando las miradas de la gente que iba por leche a la vuelta del mercado, me pone algo paranoide la borrachera.

Al cruzar por la plaza entre el vaho del amanecer y la naciente claridad del día, lo vi. Traía su suéter a rayas, muy a los sesenta. Cruzó a grandes pasos el parque con su caminar. Lo seguí moviendo las manos y ocasionalmente le gritaba "ese memo", no volteo hasta la segunda cuadra que lo perseguí, yo respiraba con dificultad por el aire frío, me dolían los pulmones. Volví a gritarle y me escucho, se detuvo en seco y volteo con cara de susto.

- ¿Qué quiere? – preguntó secamente

- Memo – dije

- ¿Qué? No le conozco – repitió varias veces la frase – no le conozco, no le conozco.

- Me... – No terminé la frase, me quede mirando sus ojos claros y me fui. Desde entonces no lo he vuelto a ver.

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