Cuando la luz cae a tientas en el cuarto, se ilumina la máquina-calabaza que tengo por cerebro. Entonces me decido iniciar a pensar, si es que eso es posible.
viernes, abril 27, 2007
IV
Esa mano, tú mano fría, me arranca del dolor, me salva del sueño amargo de mi juventud, del onírico encuentro con la muerte, de mi conciencia y mi pasión asoleada de tarde y luces. Entre los tercios y las alternativas mi boca seca de angustia falsa que me removió las entrañas de susto y de frialdad, con la certeza de aficionado, de un carácter breve y sencillo, de un profeta y saber que de lejos se ven los toros.
1 comentario:
Gueníssimo, muy buenas las dos visiones, felicidades doctor siquiatra.
¿Qué tal estuvo la feria?
Publicar un comentario